Por Pablo Pastor (El Adelantado de Segovia).

VÍCTOR BARRIO. Digamos en principio que estuvo muy torero toda la tarde. A veces genial, a veces técnico, a veces cabal, y mal con los aceros en ambos toros. De hinojos a "porta gayola" cumplimentó a su primero. Quite por chicuelinas y media verónica. Olés.

Toreo de sentimiento, flexible, mayestático al aplicar muletazos en redondo con enorme cadencia, ritmo y ligazón. Firme, seguro y confiado, Víctor sacó limpios naturales en dos tandas de un par de pases portentosos por la estética y la elegancia del trance. Hierático, dando distancia al burel ligó respectiva tanda por uno y otro pitón que encendió el entuasmo popular. Al final fase "ojedeista" de mérito reconocido. Oreja.

Pena, penita, pena el no estar fino con los acero con el que toro que cerraba plaza, al que saludó con cinco lances con media belmontina de alto nivel artístico. Larga cambiada de hinojos y lances del delantal.

Con solvencia torera desgranó toreo de mucha consistencia, compuesta la figura en todo momento, instrumentando muletazos de exquisito trazo, con compás midiendo los terrenos y ligando con parsimonia y enorme gusto. Lenta una excelsa serie, clavadas las zapatillas en la arena naturales de real contemplanza por lo exquisito y elegante ejecución. Circular, giraldillas y horror con espada y verduguillo. La faena fue cumbre en el toreo fundamental, que conste.

Fuente: El Adelantado de Segovia
Fotos: Vanessa Santos